LEISHMANIOSIS: ¿ENFERMEDAD PARASITARIA O INMUNOMEDIADA?

Sin comentarios enero 29, 2016

La leishmaniosis es una enfermedad transmitida por la picadura de flebotomos ("mosca de la arena") portadores del parásito. Es importante conocer cómo se llega a desarrollar la enfermedad para entender y aplicar tratamientos correctos, tanto preventivos, como en caso de que el perro enferme.

¿Por qué enferma el perro tras la picadura?

Cuando el insecto pica (Phlebotomus perniciosus), además inocula el parásito y, si las defensas locales de la piel no lo impiden, llega al torrente circulatorio. No lo hace libre, sino que se introduce en las células defensivas del propio organismo, con lo cual "escapa" a la vigilancia inmunitaria. Dentro de dichas células se multiplica hasta que llega un punto en que la célula revienta y se liberan nuevos parásitos que van a colonizar nuevas células. Posteriormente el sistema inmunitario se da cuenta del "engaño" y se produce la respuesta; se sacrifican las células infectadas para que el daño no sea mayor. En función del tipo de respuesta inmunitaria que utilice el organismo en este punto, el perro desarrollará o no la enfermedad:

a) Activación de la respuesta celular:

 

 

Se lleva a cabo mediante células de defensas especializadas en atacar a las células infectadas, matándolas, y solo a éstas. De producirse esta respuesta, se obtiene un buen control de la infección, que, si bien no consigue eliminar el parásito, sí que lo mantiene en estado latente, el perro está clínicamente sano.

b) Activación de la respuesta humoral:

 

Se produce la liberación de cantidades ingentes de anticuerpos que envuelven a la célula infectada. Es tal la cantidad de anticuerpos que se liberan, que las células eliminadoras, no solo eliminan las células infectadas, sino que también atacan a muchas otras células sanas, provocando lesiones en piel, riñones, articulaciones, ojos, etc. En este caso el perro está enfermo de leishmaniosis.

 

Tras lo anteriormente descrito, se entiende que la leishmaniosis es una enfermedad producida por un parásito, la Leishmania infantum, pero se desarrolla debido a una respuesta inmunitaria incorrecta y exagerada por parte del perro.

¿Qué provoca una respuesta u otra?

En la actualidad se desconoce cual es el motivo por el que el organismo del perro opta por una respuesta u otra, siendo una cuestión de azar; se ha visto que hay ciertas razas de perro predispuestas a una mala respuesta (exagerada) como los Bóxer, Rottweiler, Pit Bull, Pastor Alemán y Yorkshire Terrier; otras sin embargo casi siempre responden con una buena respuesta celular (controlada) sin llegar a desarrollar la enfermedad, como el Podenco Ibicenco.

 

 

 

¿Cómo podemos controlar el tipo de respuesta del sistema inmunitario?

Gracias a los avances en el campo de la investigación, se ha conseguido la manera de "educar" al organismo para que, caso de que el animal se infecte, desarrolle la respuesta correcta, la celular (que es controlada y específica), en lugar de la humoral (descontrolada e inespecífica).

En la actualidad existen dos tratamientos disponibles:

a) La vacuna de Leishmania (Canileish®, Laboratorios Virbac™),

Que aplicada anualmente provoca que el sistema inmune del perro se decante por la respuesta inmune celular. De este modo, caso de que el parásito infecte al animal, no provocará grandes daños y será sencillo controlar la infección. Es conveniente aclarar que no evita la infección, sino que facilita el control de la enfermedad y en muchas ocasiones, llega a evitar la manifestación de signos clínicos. El primer año se debe realizar la primovacunación, consistente en tres dosis de la vacuna separadas tres semanas entre sí. Ésta se lleva a cabo a partir de los seis meses de edad del perro, momento en que la respuesta inmune celular (que es la que se pretende "educar") está desarrollada.

 

 

b) Un jarabe (Leisguard®, Laboratorios Esteve™),

Que administrado diariamente durante 30 días y repitiendo esta pauta cada cuatro meses, estimula y activa las células de defensa para que actúen frente al parásito en caso de infección.

 

 

Ambos productos hacen efectos similares con elevados índices de eficacia. La diferencia principal reside en el modo de administración.

¿Ya no hace falta que le ponga pipetas o collar?

Sí, sin duda es necesario proteger al perro con estos productos. Estos productos no sustituyen a los antiparasitarios externos que ahuyentan a los flebotomos. Cuantos menos insectos piquen y menor carga parasitaria haya en el organismo, mejor será la prevención de la enfermedad.

La mejor opción es la denominada teoría de las dos barreras: la primera barrera son los repelentes (Advantix® o Scalibor®) y la segunda barrera los estimulantes inmunitarios (Leisguard® o Canileish®)

¿Es necesario darle tantas cosas a mi perro?

Estudios recientes demuestran que perros de zonas endémicas pueden ser víctimas de 40 picaduras de insectos voladores en una sola noche, algunos de ellos pueden ser portadores de Leishmania. Si multiplicamos ese número de picaduras por los meses de calor, el número de picaduras potenciales es muy elevado. Por ello creemos que toda precaución es poca.


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